Acerca del libro

Prólogo

Rosa María Mateos, geóloga y escritora

Este emocionante libro de suspiros geológicos rompe con el cansino Antropocentrismo que nos invade desde que bajamos del árbol; esa manía que tenemos los humanos de creernos en centro del Universo. Manu Monge-Ganuzas y Begoña Peña nos llevan con la palabra y la mirada a un viaje gravitatorio que nos precipita –sin paracaídas– desde las galaxias con brazos de pulpo hacia el mismo útero de nuestro Planeta.

Somos polvo de estrellas, dijo Carl Sagan, pero también el milagroso resultado de una interminable cadena de buena suerte. Desde aquel reventón que ocurrió –presumiblemente- hace unos 14 mil millones de años, las leyes de la física comenzaron a jugar con el espacio y el tiempo para que un primate curioso, ahora recién llegado, pueda gozar de una Naturaleza dinámica, extraordinaria y generosa. Y esto es exactamente lo que nos transmite la prosa poética de Manu Monge: el enorme privilegio de asombrarnos, de indagar y de disfrutar con el saber. Como los avezados pescadores del norte, este vasco de estuario va tirando del hilo con las escasas 60 palabras de cada reto para atraparte en su morral. 

Son 52 relatos geológicos, uno por semana, con un despliegue de verbos en movimiento que no dan tregua. Cambia, todo cambia, que cantaba Mercedes Sosa. La Tierra nunca fue un lugar tranquilo; el aparente orden que creemos percibir constituye una sucesión de cambios en el tiempo. Recibimos la luz de los astros que ya murieron y su vaivén de ondas gravitacionales, mientras millones de procesos están en marcha para transformar lo que ves. Agárrese al sillón porque la tectónica es tenaz y acaba uno reciclado en la Astenosfera. Sí, la denominada Tercera Esfera es un bucle dando vueltas.


¿Quién fue Cyparis, el hombre que sobrevivió al Juicio Final? ¿De dónde viene el grito “Alirón, Alirón” del Athletic? ¿Existe el rayo verde? El geólogo hace malabares con las palabras para echar el anzuelo al lector e introducirte en su particular escape room de enredos y pistas. Se lo aviso por adelantado, los autores de esta publicación no quieren lectores pasivos, sino mentes inquietas y curiosas.

Las ilustraciones de Begoña Peña son sugerentes; flashes de luz, agua, mineral, roca…Y alguna aparición mariana. La Vida se muestra en las imágenes de manera sutil, en forma de muesca sobre el registro geológico. Sin darnos cuenta, vamos pasando las hojas de la historia de la Tierra con la saliva de nuestro dedo índice, que nos sirve para atrapar los miles de millones de años de truculentas aventuras.

Manu y Begoña nos ofrecen un punto de encuentro, el viejo tronco de un roble para reflexionar sobre la dimensión global de nuestra huella en la Tierra. La Naturaleza se ha convertido en una mercancía más en la rueda del consumo y vamos por ahí perdidos entre las brumas del progreso. Aún no sabemos que este hachazo al cordón umbilical marca el inicio de nuestra propia extinción.

Opiniones de nuestros lectores

★★★★★

Puntuación media: 4.8/5 de 835 reseñas

Voces de Roca

Nunca imaginé que las rocas pudieran hablar…

★★★★★

Iratxe Ostolozaga

Estratos del Alma

Una danza entre ciencia y poesía.

★★★★★

Adolfo Viena

Cartografía del Asombro

Las ilustraciones no solo acompañan el texto, son mapas emocionales. ¡¡Lo disfrute mucho!!

★★★★★

Jara López

Impresionante

No sé con que quedarme, si con las ilustraciones o con los textos.

★★★★★

Teresa Madariaga

Me enamora

¿hablamos de poesía? ¨la mar y la luna¨ desborda ritmo, suavidad, genialidad… me enamora.

★★★★★

Elena Benguria

Delicadeza

Las ilustraciones de este libro no son meros adornos: son extensiones poéticas.

★★★★★

Julian Zubimendi